El 16 de septiembre de 1976, militares secuestraron a estudiantes secundarios de
La dictadura y sus partícipes lograron dejar su impronta en un modelo económico, pero no pudieron quebrar la convicción de miles de militantes que se dejaron seducir por la vida a costa de su propia muerte, porque no pudieron doblegar la voluntad de quienes quedaron vivos y continuaron diciendo No a la injusticia, a la exclusión, al hambre que asesina niñas y niños, a la impunidad que corrompe.
No pudieron lograr su objetivo, porque en las nuevas luchas, están sus luchas, en las nuevas voces están sus voces, en los nuevos brazos están sus brazos, porque ellas y ellos son parte del "nosotros" como parte de la memoria que construye futuro haciéndose presente.
Pedro Bichara, Secreatario De Prensa
Marcelo Nervi, Secretario General