SIERRA
GRANDE.- El titular del Concejo de Ecología y Medio Ambiente, Oscar Echeverría
dijo que el problema que origina la dispersión de hierro concentrado en la
zona costera se resuelve con "una medida drástica". Pero para ello hay que estar
dispuesto a asumir el riesgo social que una resolución de ese tipo puede
generar en la población. Clausurar es la alternativa.
“Tomar
una medida drástica es la única manera” dijo el funcionario en dialogo con este medio, pero advirtió que a
dos meses de irse del gobierno provincial, no cuentan con la fortaleza como
para tomar una medida extrema ante los incumplimientos de la empresa.
“Si
la empresa, después de todas las acciones que hicimos no cumple con todos los
pedidos como cambiar el lugar, es lo único que nos queda por hacer. Hemos hecho
desde lo técnico todo lo que pudimos para que la empresa cambie el lugar de
acopio” aseguró.
Respecto
de las fortalezas que se necesitan como autoridad, dijo que si no lo pueden
hacer los que están en la actualidad, seguramente desde el próximo gobierno se
propiciarán medidas tendientes a mejorar la situación.
Echeverría puso especial énfasis en cargar la
responsabilidad de actuar, en el futuro intendente Renzo Tamburrini. “Nosotros no
hemos dejado de hacer nunca y Tamburrini lo sabe”, remarcó.
Señaló
en tanto que “no tiene idea” del porque los chinos no acatan las ordenes, ni
los pedidos. “Ninguna de las cosas que son comunes en el resto de las empresas,
ocurren con Minera Sierra Grande”.
Ante
el incumplimiento de la empresa nosotros deberíamos clausurar, esto es desde el
punto de vista de la racionalidad”.
Echeverría
aseguró que el Codema le pidió a la Minera Sierra Grande que el acopio no se
haga en la zona de playa “porque después no hay manera de remediarlo”, pero la compañía
continuó con su avance.
El
último acto administrativo del Codema fue la elevación de un pedido de multa a la
Fiscalía de Estado, pero recién en esta semana se dará a conocer cuál fue el
final de esa gestión que para la empresa, puede significar solo un dolor de
cabeza pasajero.
El
funcionario aseveró que la empresa “incumple” (no es la primera vez que lo dice),
pero además se niega a modificar el lugar de acopio (hoy usa la antigua playa
de acopio de pellets, pero la condición del mineral no es la misma de la época de
Hipasam), sumando a todo este “ennegrecido” panorama, la negativa a modificar
el proceso y mecanismo de carga del polvo de hierro concentrado.
“El
problema grave acá es la carga y la carga al barco también es un conflicto. La
empresa no quiere solucionarlo, dice que no puede, que es costoso”.
El
círculo de posibles irregularidades se completa con la falta de un estudio de impacto
ambiental puesto a consideración de la comunidad y sus instituciones. “Nosotros
trabajamos con muchas empresas, pero tienen otra actitud. Multar no sirve,
pagan y siguen” aseguró Echeverría, quien a dos meses de dejar el gobierno y el
legado de un problema latente desde su gestión, advirtió que “el problema es de
actitud y concepción” de los inversores extranjeros.