El titular del Consejo de Ecología y Medio Ambiente (CODEMA), Oscar Echeverría, radicó una denuncia por la aparición de los tambores y solicitó la investigación ante la fiscalía de turno que se investigue la posible comisión de tipo delictivo consagrado en el capítulo 9 de la ley 24.051 de Residuos Especiales. Los tambores se encontraban en el reservorio –ver foto-, un sitio al que no se puede acceder de manera convencional y que se encuentra bajo la orbita de la empresa Hiparsa, cuyo liquidador es el contador Alejandro Tarruella.
En el 2003, periodistas de este medio accedieron al reservorio y anunciaron la presencia de los tambores –ver fotos- y en junio del 2009 y con la finalización de las tareas de trasvace del PCB, la Titular del departamento de Medio Ambiente, Claudia Cordero, informó que “el sábado 6 de junio a las 9:10 horas se procede a la extracción de los transformadores (ya vaciados) desde el reservorio a los polvorines, en el interior de dicho depósito de encuentran ubicados dos tambores sin nomenclatura de identificación, los mismos presentan leyendas a mano alzada con pintura que indican la presencia en su interior de “veneno” y en sus tapas la leyenda (cianuro)”.
Por las características de los tambores (de mala conservación y aspecto) y la imposibilidad de realizar el destapado de los mismos, decidieron también interrumpir el retiro de la totalidad de los transformadores, y solo fueron retirados un total de 13 transformadores, quedando tres de los mismos dentro del predio hasta el retiro de los tambores en cuestión (por empresa capacitada y autorizada por la autoridad ambiental de la provincia de Río Negro) a la brevedad posible.
Al menos este medio no ha logrado comunicarse con el liquidador de la empresa para obtener una explicación acerca del estado del contenido de los tambores, saber si realmente se trata de esa sustancia y la razón por la que Hiparsa en liquidación se deshizo de tal forma de los tambores.